Brasil llegará pletórica a Qatar. La selección sudamericana cuenta con un equipazo, Neymar ha vuelto a su mejor nivel y Vinicius es un jugador del que cada vez hay menos antídotos para frenarle. Los de Tite vapulearon a una débil Ghana (3-0), amargando el debut de Iñaki Williams, que ingresó tras el descanso, pero con todo el pescado vendido.

No hicieron falta teloneros para recrear una sinfonía de fútbol en Le Havre. Brasil es una selección que cuenta, con el permiso de Francia, con el mejor ataque del mundo. Sobre todo, en su banda izquierda, en la que Neymar y Vinicius se divierten, juegan con los rivales y apabullan todo lo que pasa por su zona. Los de Tite arrasaron en los compases iniciales, a tal punto de que en el minuto 10 ya ganaban con gol de Marquinhos a centro de Raphinha.

La ‘Canarinha’ fue un terremoto de escala diez para Ghana, que ni siquiera se acercó a la portería de Ederson durante los primeros 45 minutos. Agonizando y pidiendo a gritos el pitido final, los de Addo sucumbieron en el tramo final del primer tiempo. Richarlison agudizó el sufrimiento ghanés con un doblete, ambos a pase de Neymar, poniendo el colofón a una extraordinaria primera parte de Brasil.

Obligada a reaccionar, Otto Addo decidió no esperar y metió en el campo a Iñaki Williams, que debutaba con Ghana. El delantero del Athletic estiró un poco más a su equipo y generó en sus primeros minutos como internacional dos llegadas peligrosas. De hecho, la relajación de Brasil le dio alas a Ghana, que pudo reducir distancias por medio de Ayew, pero su testarazo a la salida de un córner se estrelló en el larguero. El debutante Williams pudo estrenarse con gol, pero el centro de Baba se le quedó atrás y no supo acomodarse el esférico en una oportunidad que, a priori, era flagrante. Brasil rotó al final, tuvo en las botas de Cunha el 4-0, pero durmió el partido con el balón.