“Tras aquel gol de Sadiku hubo un antes y un después, pero la línea (de trabajo) siempre fue la misma”, insistía el propio entrenador el pasado jueves en sala de prensa. Se refería el responsable del banquillo de Las Palmas al tanto del delantero albanés durante la visita al Valladolid en la 32ª jornada de la temporada pasada.
Y es que aquel acierto de Sadiku, hoy en el Cartagena, fue el preludio de una racha que aún perdura. Ocurre que ese 0-1 cortó de raíz una racha de la UD que por aquel entonces ascendía a cinco partidos sin ganar y ahora, de momento, en liga regular, Las Palmas acumula, tras el 1-1 de ayer en su visita al Alavés, 15 partidos sin catar el amargo sabor de la derrota.
La primera parte de esta musculosa racha le sirvió a Las Palmas para entrar en los libros de historia de Segunda División, pues no había precedentes de una remontada semejante. Ocurre que, antes de aquella visita a Zorrilla, el equipo amarillo era, aunque fuera de manera provisional, el 15ª clasificado. Así, en esos 11 partidos que le restaban para acabar el campeonato, completó una remontada nunca vista: al acabar la temporada, tras ganar nueve de esos 11 envites (Valladolid, Leganés, Ponferradina, Amorebieta, Málaga, Mirandés, Alcorcón, Oviedo y Sporting) y empatar solo dos (Éibar e Ibiza), acabó en el cuarto puesto de la clasificación con 70 puntos. En esta hercúlea secuencia sumó, pues, 29 de los 33 puntos que había en juego, aunque acabó pagando muy caro ante el Tenerife, ya en los playoff, este exceso de esfuerzo.
Sin embargo, Las Palmas ha mantenido su excelente tono liguero en el comienzo del presente curso futbolístico. En estos momentos ocupa el segundo lugar de la clasificación, con ocho puntos, tras haber ganado dos partidos, contra Málaga y Andorra, y empatar ante Zaragoza y Alavés. La racha sin perder se puede elevar hasta los 16 partidos este viernes, cuando el Leganés visite el Estadio de Gran Canaria (20.00 hora insular).
