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Aunque el trayecto era casi imposible, eI expresso de Cardiff ha llegado a Qatar con la incertidumbre de no saber si será su última estación o tiene carbón para más viajes (sigue el partido en directo en AS.com). Bale, a sus 33 años, debutará hoy en un Mundial con la selección galesa, que no disputa uno desde 1958. Lo hace tras un largo camino en el que selló su billete tras una histórica e igualadísima repesca ante Ucrania. Un broche de oro para una generación que se había quedado a las puertas del Mundial dos veces en la última década y que probablemente no tendría otra oportunidad como esta para disputar la Copa del Mundo.

Gales, golf y Real Madrid. En ese orden. Esa era la broma (muy en serio) de la que Bale vacilaba con sus compañeros de selección cuando lograba una victoria con Gales que le acercaba al Mundial. El exmadridista siempre tuvo claro sus prioridades. Tanto es así que tras terminar su contrato con el Madrid, la idea de retirarse le rondó la cabeza, pero decidió firmar un contrato con Los Angeles FC de la MLS para mantenerse en forma y llegar en condiciones a Qatar. Una liga menor, sin presiones, donde nadie le criticara por escaparse a jugar al golf y que además ganó en plan estrella: con un golazo en la final. Tras el Mundial, le tocará volver a pensar su futuro, pero ahora es momento de vivir el sueño.

Bale se estrenará, para colmo, ante EE UU, el país que le ha acogido estos últimos meses. Los norteamericanos vuelven al Mundial tras perderse el de Rusia 2018. Aquello fue un fracaso sonado que dio paso a una regeneración total del equipo. El US Team se presenta como la selección más joven del torneo, con una media de edad de 24,5 años y solo un futbolista con experiencia mundialista, el lateral Yedlin. Pero a pesar de su juventud, los Pulisic, Musah, Dest, McKennie y compañían tienen experiencia en las grandes europeas y son un equipo con mucha hambre. Para ellos, este Mundial también es un sueño.