La nacionalización de Vinicius (22 años) supone un alivio estratégico pensando en el mercado de fichajes. De hecho, esto permite al club planificar una política de posibles refuerzos para la próxima ventana de contrataciones, fijada para el próximo mes de enero. Como ya es sabido, este pasado verano hubo opciones de fichar a Gabriel Jesus y Sterling, a los que el City tenía en venta por el fichaje de Haaland. El Madrid no movió ficha por ninguno de ellos dado que ocupaban plaza de extracomunitarios (uno como brasileño y otro como inglés), dado que Vinicius, Militao y Rodrygo ocupaban las tres plazas permitidas.

Al club se le comunicó que había mucho atasco en el Departamento del Ministerio del Interior encargado de estos asuntos, y que no podían adelantar a nadie en la lista de nacionalizaciones por ser jugadores del Madrid. Incluso, se deslizó que hasta Navidad no habría opción de arreglar ninguno de los casos. Pero en el tema de Vinicius la situación ya era sangrante, dado que llegó a Madrid en junio de 2018, por lo que llevaba más de cuatro años residiendo en la capital sin que ello le diese opción a tener el pasaporte comunitario. En las oficinas de Valdebebas se hablaba de los agravios comparativos con casos como el de Lorenzo Brown, en baloncesto, o Laporte, en fútbol.

Pero el asunto tiene un matiz perfecto para Ancelotti, dado que ahora queda una plaza libre de extracomunitario y eso permitirá en enero, según vaya la temporada y según las cosas que pases en el Mundial de Qatar, fichar a un jugador si las situaciones de lesiones de la plantilla lo requiriesen. En principio, el plan del club no es acudir a ese mercado, pero se asume que tras el Mundial jugadores como Benzema, único delantero centro puro de la plantilla, puede quizás precisar de un recambio que le dé aire y descanso para la decisiva recta final de la temporada en la que se jugarán los títulos una vez pasada la resaca mundialista. Y ojo que esto no acaba ahí. Las nacionalizaciones de Militao y Rodrygo también están cerca, por lo que lo mismo para enero el Madrid está limpio para ocupar las tres plazas de extranjeros no comunitarios.