Gayà llama hoy a la eternidad

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Gayà llama hoy a la eternidad

José Luis Gayà llegó desde Pedreguer a la Ciudad Deportiva de Paterna con 11 años y hoy, con 27, estampará su firma por otros cinco años más. Gayà llama a la puerta de la eternidad, esa que para que los ingleses tienen expresión: One Club Man. El Valencia anunciará este miércoles la renovación de su capitán por cinco temporadas más, prolongando en el tiempo el sueño de un niño que dormía con sábanas del Valencia y que nunca quiso irse de dónde es feliz, tal como informaba AS el día que desveló la reunión clave para su renovación.

Foto de jugador

La renovación de Gayà es la confirmación de su sentimiento de pertenencia. Gayà, internacional en 18 ocasiones, es el principal artífice de su continuidad en el Valencia. Es lo que quería y de ahí que él no haya movida ni un dedo por lo contrario. Gayà tenía la sartén por el mango para decidir su futuro, porque a la vuelta de Qatar hubiera quedado libre de pecado para firmar por quién quisiera (acababa contrato en 2023), y sin embargo ha esperado con paciencia a que el Valencia le presentará una oferta acorde a su rol.

Gayà sigue el camino de Antonio Puchades, que le dijo a Luis Colina que “sin Sueca y el Valencia yo no puedo vivir” cuando el gerente del club le informó que el Barcelona le quería; a Pep Claramunt le insistían en las concentraciones de la Selección los jugadores del Real Madrid que se fuera a Chamartín; Ricardo Arias rehusó firmar por un año con el Real Murcia como paso previo a recalar en el Real Madrid porque “tenía que devolver al Valencia a Primera”; Fernando Gómez renovó por el Valencia cuando tenía en su mesa una oferta de Lorenzo Sanz; o David Albelda hizo lo propio tras decirle Florentino Pérez que le quería si llegaba libre.

La renovación de Gayà es un subidón de autoestima para el valencianismo, que en los últimos años solo ha visto como Peter Lim vendía uno tras otro a sus referentes, fueran de la casa o llegados de fuera, o como sus principales canteranos, llámense Paco Alcácer, Ferran Torres o Carlos Soler, emigraban para volar a una altura competitiva que no está hoy al alcance del Valencia. La continuidad de Gayà no deja de ser un respaldo emocional para la gestión de Layhoon Chan y una constatación de que los futbolistas creen en Gattuso.