El parón fue más que especial para Borja Iglesias. El delantero del Betis cumple un primer tramo de temporada sobresaliente y pudo debutar con la selección española teniendo unos minutos de juego ante Suiza. Es un inicio soñado para el ariete gallego, que vuelve este fin de semana a Vigo convertido en una baza diferencial del fútbol español. Será la amenaza verdiblanca pese a que hay sentimientos encontrados por su pasado en el Celta. Ahí arrancó un camino que aún pretende tener numerosas puertas hacia el cielo. La próxima en tener bajo miras es clara: alcanzar el ansiado billete al Mundial.

La particular carrera por estar con Luis Enrique en Qatar tiene un nuevo punto de partida en Balaídos. Allí, precisamente, tendrá a un Iago Aspas que también multiplica méritos para ganarse un sitio en la Selección. Los seis goles de Borja Iglesias le entregan cierta ventaja momentánea, aunque no hay garantías de momento de que pueda tener un lugar preferente en esa convocatoria final. Ambos tienen un mes decisivo por delante, aunque también dependerá del rendimiento y el físico de otros atacantes que contaron más para el seleccionador en los últimos años.

Habrá un puñado de sentimientos en escena en este regreso del Panda, que siempre recuerda con alegría su periodo en los escalafones inferiores del equipo gallego. Su vuelta de la selección le entregan más confianza y sus números del inicio liguero suponen su mejor aliciente para conquistar su mejor rendimiento. Dejó atrás las dudas y entró de pleno en la pelea por convertirse en un delantero referente de la Liga. Pellegrini se agarra a su gran racha para alargar esa esperanza y coloca sobre la mesa también una competencia que da más réditos a su presente. Willian José espera su turno y hasta Loren quiere robar minutos en las próximas citas. Pero el Panda quiere más. Y vuelve a casa para demostrar que sus límites aún no fueron alcanzados.