Arabia Saudí y EAU ¿una relación más calibrada de lo que parece?

1503
emiratos arabes vs arabia saudi

Los recientes pasos de Arabia Saudí en el contexto internacional parecen separarse de la tradicional línea común que mantenían los países de la zona del Golfo. Y más particularmente con Emiratos Árabes. Sin embargo, el resultado podría ser diferente a lo que adelantan algunos expertos sobre el tema. El pastel que repartir es demasiado grande para uno solo y los clientes, demasiado exigentes.

NOTA de redacción: mientras que Arabia Saudí es la grafía preferida en España, Arabia Saudita, sin tilde, es la denominación más extendida en Hispanoamérica. De igual modo, son también adecuados los gentilicios saudí (plural culto saudíes) y saudita (plural sauditas). En este artículo utilizamos todas las formas libremente.

 

Arabia Saudita y Emiratos Árabes son dos países hermanos de esos que se están siempre mirando de reojo. Amigos, hermanos, compañeros de viaje, no tienen por qué siempre que coincidir en sus puntos de vista. Lo hemos visto recientemente en sus posiciones con respecto a restablecer relaciones con Israel. Aunque los dos países iniciaron los primeros movimientos, los más difíciles, de la mano, los meses han ido separándoles en la manera de actuar.

geopolítica emiratos arabes

El éxito de Dubái

No hace falta pararse mucho a pensar para entender que los logros de Dubái pueden provocar recelos en los países vecinos. Un éxito, el de Dubái, que tiene un protagonista indiscutible en la figura del monarca de Dubái Mohamed bin Rashid Al Maktum. (En idioma árabe محمد بن راشد المكتوم), también Jeque Mohamed, (Dubái, 15 de julio de 1949). Además de ser el líder mandatario de Dubái, es el actual primer ministro y vicepresidente de Emiratos Árabes Unidos. Supervisó el crecimiento de Dubái hasta convertirse en la ciudad global que es hoy, siguiendo una visión comenzada por su padre, Rashid bin Said Al Maktum.

Dubái es un emirato sin petróleo que ha sabido captar inversiones financieras de todos los rincones del mundo Ha convertido un desierto en uno de los puntos más atractivos para el turismo. Ha creado el emirato en un hub del transporte mundial de primera magnitud y sus planes siguen en marcha. Como con el anuncio, que ya ha empezado a ser realidad, de convertir Dubái en un hub médico internacional.

La ventaja de haber sido el primero se la lleva Dubái, pero no es óbice para que otros emiratos y países hermanos quieran caminar por la misma senda. Aunque el motivo que llevó a Dubái a diversificarse fue la necesidad de superar la dependencia del petróleo que se acababa, otros países no quieren perderse parte de este otro pastel.

La mirada del vecino saudí

Durante años, Arabia Saudí veía cómo las empresas internacionales instalaban sus sedes de Oriente Medio en la moderna y avanzada Dubái. Incluso si los contratos de esas empresas se firmaban principalmente en Riad. El motivo principal eran las facilidades económicas de Emiratos, así como para la vida de los expatriados de esas compañías internacionales. Hasta que la gota colmó el vaso: el pasado febrero, Arabia Saudí anunció que a partir de 2024 dejará de dar contratos a empresas extranjeras cuyas sedes regionales no estén localizadas en la propia región saudita. Un movimiento razonable que sin dudad repercutirá en la economía de EAU.

De la mano de Bin Salman, Arabia Saudita ha avanzado su visión de convertir el país en un hub internacional para 2030. Lamentablemente no hay espacio para tanto ‘hub’ en el Golfo Pérsico, algo que no ocurría cuando lo que les unía era el petróleo.

emiratos y saudi se enfrentan petroleo

¿Tablero político diferente?

Pero no todos estos proyectos a futuro se fundamentan en las mismas bases. La política exterior empieza a separar lo que antes era uña y carne. Tal vez ahí sea donde cada país considera que hay una oportunidad de negocio.

En la guerra de Yemen, ambos países acabaron teniendo una perspectiva diferente. Lo mismo ocurrió con los Acuerdos de Abraham para normalizar relaciones con Israel. Su posición con la Turquía de Recep Tayyip Erdogan, con quien Arabia Saudí mantiene una tensa rivalidad en la zona, también empieza a divergir.

Recientemente hemos vuelto a ver cómo sus estrategias sobre el petróleo han vuelto a ser diferentes, debido a la decisión de cuáles deberían ser las cuotas de producción de petróleo.

Tal vez esta estrategia de repartirse bandos geopolíticos les permita a los dos países mantener adelante sus proyectos a futuro. De este modo, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos dejan de competir entre sí por las mismas industrias y proyectos de desarrollo.

Si los hubs tienen diferentes clientes (EE. UU., Europa, Asia, China y Rusia) igual sí que hay suficiente espacio para tanto ‘hub’ en el Golfo Pérsico.